Nos hemos acostumbrado a confiar en nuestra vista al 100%. Pero, a veces, la perspectiva, los trucos de la cámara o simplemente un buen momento pueden convertir una imagen en un rompecabezas para el cerebro que te hará sudar un buen rato.
Nos hemos acostumbrado a confiar en nuestra vista al 100%. Pero, a veces, la perspectiva, los trucos de la cámara o simplemente un buen momento pueden convertir una imagen en un rompecabezas para el cerebro que te hará sudar un buen rato.
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